Sabemos que un arreglo florar puede alegrar cualquier espacio, pero mantenerlo fresco podría ser un desafío. Aquí te dejamos 5 consejos prácticos para cuidad adecuadamente de nuestros arreglos.
Las flores son sensibles al calor y a la luz directa del sol. Para prolongar su frescura coloca el arreglo en un lugar fresco alejados de la luz directa del sol o cerca de aparatos que generen calor.
El agua limpia es esencial para mantener las flores frescas. Reemplázala cada dos días y asegúrate de enjuagar bien el florero antes de llenarlo de nuevo. Usa agua a temperatura ambiente y, si es posible, agua destilada o filtrada para evitar la acumulación de minerales.
Cada vez que cambies el agua, corta un par de centímetros de los tallos en un ángulo de 45 grados, esto permite que el tallo absorba mejor el agua. Siempre utiliza tijeras de podar.
Las flores y hojas marchitas deben retirarse del arreglo, ya que liberan gases que pueden afectar a las demás flores, acelerando su marchitamiento.
Las frutas emiten un gas llamado etileno que puede acelerar el envejecimiento de las flores. Si tienes un arreglo en la cocina o comedor, procura mantenerlo alejado del recipiente con frutas para que no afecte su frescura.
Cuando pensamos en la Navidad, una imagen que siempre resalta es la de las flores de pascua, también conocidas como poinsettias o flores de nochebuena. Estas flores, con su característico color rojo vibrante, se han convertido en un símbolo de la temporada navideña, decorando hogares, iglesias y espacios públicos. Pero, ¿de dónde vienen estas hermosas flores y cómo podemos cuidarlas para que luzcan radiantes? Aquí te lo contamos todo.
Las flores de pascua tienen su origen en México y América Central, donde crecen de forma silvestre como arbustos o pequeños árboles. Los aztecas las llamaban "Cuetlaxochitl", que significa "flor que se marchita", y las utilizaban tanto en rituales religiosos como en la preparación de tintes naturales y medicinas.
Su asociación con la Navidad comenzó en el siglo XVI, cuando, según la leyenda, una niña mexicana llamada Pepita ofreció a Jesús un humilde ramo de hierbas, que milagrosamente floreció en brillantes tonos rojos. Este evento marcó su lugar en las tradiciones navideñas.
La flor de pascua no es una flor en sí, sino un conjunto de brácteas, hojas modificadas que se vuelven de colores intensos como el rojo, blanco, rosa o amarillo. La verdadera flor es pequeña y se encuentra en el centro de las brácteas.
Su temporada ideal es durante los meses fríos, por lo que se asocia naturalmente con la Navidad. En regiones tropicales y subtropicales, florecen entre noviembre y enero, coincidiendo con las festividades.
Si quieres disfrutar de la belleza de las pascuas durante toda la temporada y más allá, aquí tienes algunos consejos para cuidarlas:
La flor de pascua simboliza amor, esperanza y pureza, valores que están estrechamente ligados al espíritu navideño. Su forma de estrella recuerda a la estrella de Belén, mientras que su color rojo representa la sangre de Cristo, según la tradición cristiana.
Las flores de pascua no solo son un adorno icónico de la Navidad, sino también un puente entre la historia, la tradición y la naturaleza. Con el cuidado adecuado, puedes disfrutar de su belleza mucho después de las fiestas, incluso hasta el siguiente año. Este diciembre, al decorar con pascuas, recuerda el legado que estas flores representan y permite que llenen tu hogar de color, alegría y el espíritu navideño.